15 oct 2010

NUESTRA SEÑORA DE ZAPOPAN (12 DE OCTUBRE)


Guadalajara, la capital de ese Jalisco que nunca pierde, tiene en lo espiritual una patrona que engarza esa perla de la supremacía: Nuestra Señora de la Expectación de Zapopan. Fue nombrada Generala del Ejército Trigarante desde el 15 de septiembre de 1821, ratificada en su nombramiento militar por el general Blancarte en 1852 y por tercera ocasión en 1894 por el Congreso y el entonces gobernador de Jalisco, Luis del Carmen Curiel. En 1541, recién entregada la imagen a los indios por fray Miguel de Bolonia, se pregonaron sus méritos como pacificadora en la guerra del Mixtón. Además destacó a fines del siglo XVII por librar a Guadalajara de una de aquellas epidemias devastadoras. La imagen fue llevada a la Perla Tapatía y como por efecto de moderno antibiótico, la pandemia cesó. Este milagro lo patentó el Excmo Juan Santiago de León Garabito, obispo de esta diócesis.
En 1734 fue declarada patrona de Guadalajara contra tempestades, rayos y epidemias datando de esa fecha la visita anual que la imagen practica del 13 de Junio al 4 de Octubre. Los pontífices también participaran en su honor; en 1919 el Papa le otorga la coronación pontificia como Reina de Jalisco y en 1940 S.S. Pío XII engalana su sede con la categoría de Basílica, agregada a los privilegios de la de San Juan de Letrán en Roma.

La imagen mide 34 cm y es como sus hermanas amponas, de pasta de caña de maíz. Sus manos son de madera y sus facciones toscas. Fray Miguel de Bolonia traía esta imagen colgada al cuello o bien amarrada en los tientos de la silla de montar. Muchas imágenes de estas características debieron su origen a los misioneros franciscanos que las establecieron en los hospitales bajo la advocación de la Concepción o en su mayoría, como ya indicamos, bajo el nombre del pueblo al que las entregaban.

Virgen generala y patrona de Guadalajara

Zapopan quiere decir entre el zapotal (Tzepopan). Esta imagen erradicó el culto que se daba a Teopilzintli. Sus fiestas principales son el 18 de Diciembre, día de la Expectación, el 18 de Enero aniversario de la coronación y las solemnes visitas a todas las parroquias de Guadalajara, del 13 de Junio al 4 de Octubre.

Son muchas, como ya dijimos, sus fiestas pero el apoteosis, quizá inigualado en todo México, es el. regreso de la venerada imagen a su santuario el 5 de Octubre, después de visitar Guadalajara. La ciudad se inclina materialmente a su paso y de la Catedral a la Basílica hay una ininterrumpida valla, de modo que entre los que la ven pasar y los que la acompañan en este largo recorrido suman muchos miles. La procesión es solemne y festiva con la participación de los miembros de la Guardia de Nuestra Señora de Zapopan.

Al igual que en tiempos pasados, las corporaciones religiosas, los fieles de las iglesias visitadas y toda organización., por diverso que sea su fin, se incorporan al evento. La enorme calzada a Zapopan, hecha por el presidente Manuel Avila Camacho para este fin, resulta insuficiente para albergar la devota corriente humana y la gran romería en la que se mezclan al unísono los mariachis con el rítmico sonar de los danzantes.

La basílica abre sus puertas para recibir al pueblo que camina hacia la casa materna, ya su arquitectura parece tener este significado. Sus peculiares y elevadas torres achatadas y los dos brazos generosos de la portalería que se abren a diestra y siniestra del conjunto, parecen representar al ser que acoje en el abrazo filial.

La obra arquitectónica es un digno ejemplo de la modalidad tapatía, construida con esta cantera clara y jaspeada que enseñorea el valle de Atemajac, con una decoración profusa pero superficial, que nos recuerda la poca profundidad del plateresco, pero ahora aplicado al barroco en su mejor poca.

El conjunto exterior es monumental y más ahora que se ha dignificado su entorno con gran sentido espacial, muy a la tapatía. La iglesia logra una buena altura y la proporción entre las torres y la fachada es excelente. La decoración es novedosa y sus formas nos remiten al estilo regional corno lo vemos en Santa Anita, Santa Cruz de las Flores, Cajititlán y Analco.

Esta portada establece un gran contraste con la sobriedad franciscana de los enormes portales del convento y Colegio de Propaganda Fide que acogió a las huestes misioneras que de aquí partieron para Occidente. El interior es contrastante, la nave de cruz latina es pequeña y siendo rica y enjoyada la imagen no traduce esta presencia a la iglesia, que siempre se encuentra abarrotada de fieles tapatíos.

Zapopan o Tzapopantl, significa "lugar entre
zapotes o lugar de zapotes". Fue un pueblo de
muchos indios, perteneciente al cacicazgo de
Atemajac y era feudatario del Reino de Tonalá;
en Tzapopantl se le rendía un fuerte culto al
ídolo llamado Teopilzintli o el dios niño, a quien
le ofrecían "simbólicas ofrendas de conejos y
perdices". En 1530, Nuño de Guzmán
conquistó el Reino de Tonalá y cuando fue a
reconocer todos los lugares de este reino,
Zapopan quedó también conquistado después
de la guerra del Mixtón (en la Barranca de
Oblatos), en la cual tuvo lugar la gran
concentración chimalhuacana en 1541. La
fundación de Tzapopantl se dio el 8 de
diciembre de 1541 por el encomendero
Francisco Bobadilla, con indios de
Jalostotitlán; el 20 de agosto de 1824 fue
elevada a categoría de villa, el 13 de marzo de
1837 a cabecera de población y el 21 de
agosto de 1991 a categoría de ciudad.
Ese 8 de diciembre de 1541, el padre Fray Antonio de Segovia en compañia de
Fray Angel de Valencia, donó a los indios de este pueblo una pequeña imagen
de Nuestra señora de la Concepción; esta imagen había acompañado cerca de
10 años a Segovia en todas sus andanzas por los pueblos de Jalisco,
cargándola algunas veces en la manga de su sayal, otras en un pequeño
tabernáculo de madera o colgada del pecho.
Las crónicas nos cuentan que cuando el virrey Antonio de Mendoza sitió el cerro
del Mixtón y después de una fuerte batalla, subió Fray Antonio de Segovia a las
fortalezas de los indios acompañado de Fray Miguel de Bolonia, llevando sólo el
brevario, un crucifijo y la pequeña imagen de Nuestra Señora de la Concepción
colgada al pecho; les comenzó a decir a los indios que bajasen en paz y estos
conmovidos tanto por las palabras del padre y la imagen de la Virgen. En día y
medio se rindieron más de seis mil indios, que fueron conducidos por los padres
ante el virrey y éste les perdonó la vida, quedando todos en paz. Por esto,
Antonio de Segovia llamaba a su pequeña imagen "La Pacificadora". En 1542
se construyó una pequeña iglesia muy pobre, con muros de adobe, techo de
paja y adornada con flores que ponían los naturales; aquí se colocó la imagen la
cual dicen que empezó a derramar una contínua serie de milagros, en los
cuales eran "abandonados testigos" los indios de este pueblo.
La historia nos cuenta que en 1609 esta capilla se derrumbó y al escuchar el
estruendo, corrieron los indios creyendo encontrar a su imagen hecha pedazos;
quitaron los escombros y para sorpresa de todos, ahí estaba la imagen sin
ningún rasguño.
Poco después, le dio la vista a un ciego de
nacimiento y en un lapso de cien años, realizó
machismos milagros. Los indios ocultaron la
imagen por temor a que se las quitaran, pero el
bachiller Diego de Herrera, que se había
encargando de Zapopan el 14 de junio de 1637,
notó que los naturales estaban muy encariñados
con la imagen "porque era muy milagrosa"; le
contó al obispo Juan Ruiz Colmenero lo que
sucedía en Zapopan; y en 1653 hizo levantar una
información testimonial y por decreto, declaró
"milagrosa" a la imagen de Nuestra señora de la
Concepción de Zapopan y mandó que solamente
se celebrase su fiesta el 18 de diciembre de cada
año. Aquí el título de Nuestra señora de la
Expectación de Zapopan. A finales del siglo XVII,
Guadalajara sufrió una terrible epidemia y el
obispo Juan Santiago León Garabito mandó que
nuestra señora de Zapopan, fuera traída a la
catedral y sucedió otro caso extraño, los médicos
de la ciudad declararon que la epidemia había
cesado.
En 1721, la imagen visitó de nuevo a la ciudad y según cuentan, Manuel de
Mimbela con el sólo roce de las vestiduras de la imagen, volvió a la vida por
cuatro días para disponerse y prepararse a morir; después de lo sucedido con
Mimbela, la Virgen recorrió la ciudad porque había peste. Y así barrio al que
llegaba desaparecía el mal. Al poco tiempo después, un rayo mató al
campanero de la iglesia de San Juan de Dios, subió el religioso Fray Bernardo a
ponerle los santos óleos, pero también perdió la vida al caerle otro rayo. Este
caso movió al clero, a la audiencia y a los vecinos de la ciudad a jurar a Nuestra
señora de Zapopan "Patrona de Guadalajara", contra tempestades, rayos y
epidemias. Juramento que se hizo el 5 de noviembre y se determinó que todos
los años se trajera de su santuario la imagen, del 13 de junio al 4 de octubre
para que visitara las iglesias de los barrios de la ciudad (como se practica hoy).
El 13 de junio de 1821, al tiempo que entraba a la ciudad Nuestra señora de
Zapopan para su visita anual, se proclamaba en San Pedro Tlaquepaque la
Independencia Nacional, uniéndose las fuerzas de Pedro Celestino Negrete con
las de Agustín de Iturbide, sin derramarse una sola gota de sangre y sin
disturbio alguno, se le atribuyó este favor a Nuestra Señora. Entonces el
Ayuntamiento acordó condecorar la imagen con las insignias de Generala de
Armas, el 15 de septiembre de 1821 en la catedral.
El cardenal Rafael Merry del Val, en nombre del Cabildo Vaticano decretó el 17
de junio de 1919, la coronación de la imagen a petición del arzobispo de
Guadalajara Francisco Orozco y Jiménez y al padre Comisario General de la
Orden Franciscana de México. Esta coronación dio lugar en la catedral,
entonces aclamaron a Nuestra Señora de Zapopan, "Reina y Soberana de
Jalisco". La imagen de la Virgen de Zapopan comenzó sus recorridos en 1609
con la escultura original y en 1648, inicia sus visitas a los pueblos del Reino de
la Nueva Galicia, con una réplica a la que se le llamo "Viajera".
La imagen hace su entrada todos los 13 de junio de cada año, para iniciar su
visita a los templos y parroquias de la urbe tapatía, para regresar a su santuario
el 12 de octubre (La Romería). Esta pequeña imagen mide 34 centímetros de
altura y está fabricada de cañas de maíz, yuxtapuestas y pegadas con engrudo,
por lo que se cree fue hecha en Michoacán, donde era muy común este
procedimiento en el tiempo de la conquista. Según nos cuenta el cronista Fray
Francisco Frejes, que cuando la traía el padre Segovia, sólo tenía medio cuerpo
y después se le formó la otra parte que le hacía falta.
La Virgen está de pie, pisando una
tosca media luna; la túnica está
pintada de rojo y el manto azul
obscuro, fileteado de oro; sus manos
son de madera y están juntas ante el
pecho; para poderle adaptar
vestiduras de tela, le desbarataron el
manto sobre el hombro, alrededor de
su cabeza y bajo los brazos. Tiene
los ojos pintados, sus labios un poco
gruesos y cerrados, tiene el honor de
ser la primera imagen que se veneró
en tierras jaliscienses.
Siempre viste riquísimas telas de oro y plata, algunas veces viste de azul y
blanco o de rojo y azul; en el pecho cruzada una banda azul bordada de oro,
debajo de sus manos está un relicario de oro y piedras preciosas, con un niño
Jesús de oro en el centro. Muestra un cetro de oro adornado con perlas,
brillantes y rubíes; un bastón de oro, dos medallones y unas llaves del mismo
metal, también tiene un pequeño veliz de oro, por haber sido declarada "Patrona
de los Agentes Viajeros". Sobre su rizada caballera postiza, está una corona
imperial de oro, adornada con esmeraldas, brillantes, perlas y otras piedras
preciosas; alrededor de su cabeza está una aureola del metal amarillo con
piedras preciosas, con una paloma blanca en actitud de descender
representando al Espíritu Santo.
A sus pies aparece una media luna de oro, esta imagen pisa sobre una prenda
de plata maciza, con un peso de 55 kilos, en forma de pilastra, con adornos de
guirnaldas de flores, escudos y algunos cuadros representando su historia; todo
el conjunto muy bien cincelado, fue un obsequio en el día de su coronación
pontificia. El 18 de enero de 1921 el arzobispo Francisco Orozco y Jiménez,
efectuó la Coronación de Nuestra señora. En 1935 el arzobispo José Garibi
Rivera, la encerró en un vaso de plata en forma de ropaje adornado con
"sobrepuestos" de finas perlas y turquesas, que sólo dejan asomar las manos y
el óvalo del rostro. En 1942 el mismo Garibi Rivera, le colocó en las manos de la
Virgen las "llaves" de la "Perla de Occidente".
De los títulos que se la han dado a la Virgen de Zapopan son: 1654
Taumaturga; 1734 Protectora de rayos, tempestades y epidemias de esta
nobilísima ciudad y sus moradores; 1821 Patrona y Generala de la Arma de la
Nueva Galicia; 1823 Generala y Protectora Universal del Estado Libre y
Soberano de Jalisco; 1946 Patrona de la Provincia Franciscana de los Santos
Francisco y Santiago; 1979 Verdadera Estrella de la Evangelización; 1989
Patrona de la Arquidiócesis de Guadalajara.

Venerada en su Basilica. Pequeña escultura de rostro moreno, manos juntas sobre el pecho, de pie sobre peana y luna de plata. Tuvo el nombre de María de la O y de la Expectación del Parto. Su regio vestuario se compone de capas galanas, cetro y broche de cintura. Cuenta con un segundo atuendo de peregrina, con sombrero y rebozo, con el que recorre su Diócesis durante un año.

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