13 ago 2011

SANTA ELENA DE LA CRUZ ( 18 DE AGOSTO )


Elena significa: "antorcha resplandeciente".

Esta gran santa se ha hecho famosa por haber sido la madre del emperador que les concedió la libertad a los cristianos, después de tres siglos de persecución, y por haber logrado encontrar la Santa Cruz de Cristo en Jerusalén.

Nació ella en el año 270 en Bitinia (hacia el sur de Rusia, junto al Mar Negro). Era hija de un hotelero, y especialmente hermosa.

Y sucedió que llegó por esas tierras un general muy famoso del ejército romano, llamado Constancio Cloro y se enamoró de Elena y se casó con ella. De su matrimonio nació un niño llamado Constantino que se iba a hacer célebre en la historia por ser el que concedió la libertad a los cristianos.

Cuando ya llevaban un buen tiempo de matrimonio sucedió que el emperador de Roma, Maximiliano, ofreció a Constancio Cloro nombrarlo su más cercano colaborador, pero con la condición de que repudiara a su esposa Elena y se casara con la hija de Maximiliano. Constancio, con tal de obtener tan alto puesto repudió a Elena. Y así ella tuvo que estar durante 14 años abandonada y echada a un lado. Pero esto mismo la llevó a practicar una vida de santidad.

Pero al morir Constancio Cloro, fue proclamado emperador por el ejército el hijo de Elena, Constantino, y después de una fulgurante victoria obtenida contra los enemigos en el puente Milvio en Roma (antes de la cual se cuenta que Constantino vio en sueños que Cristo le mostraba una cruz y le decía: "Con este signo vencerás"), el nuevo emperador decretó que la religión católica tendría en adelante plena libertad (año 313) y con este decreto terminaron tres siglos de crueles y sangrientas persecuciones que los emperadores romanos habían hecho contra la Iglesia de Cristo.
Constantino amaba inmensamente a su madre Elena y la nombró Augusta o emperatriz, y mandó hacer monedas con la figura de ella, y le dio plenos poderes para que empleara el dinero del gobierno en las obras buenas que ella quisiera.

Elena, que se había convertido al cristianismo, se fue a Jerusalén, y allá, con los obreros, que su hijo, el emperador, le proporcionó, se dedicó a excavar en el sitio donde había estado el monte Calvario y allá encontró la cruz en la cual habían crucificado a Jesucristo (por eso la pintan con una cruz en la mano).

Dice San Ambrosio que Santa Elena aunque era la madre del emperador, vestía siempre con mucha sencillez y se mezclaba con la gente pobre y aprovechaba de todo el dinero que su hijo le daba para hacer limosnas entre los necesitados. Que era supremamente piadosa y pasaba muchas horas en el templo rezando.

En Tierra Santa hizo construir tres templos: uno en el Calvario, otro en el monte de los Olivos y el tercero en Belén.

Gastó su vida en hacer obras buenas por la religión y los pobres, y ahora reina en el cielo y ruega por nosotros que todavía sufrimos en la tierra.

Martirologio Romano: En Roma, en la vía Labicana, santa Elena, madre del emperador Constantino, que tuvo un interés singular en ayudar a los pobres y acudía a la iglesia piadosamente confundida entre los fieles. Habiendo peregrinado a Jerusalén para descubrir los lugares del Nacimiento de Cristo, de su Pasión y Resurrección, honró el pesebre y la cruz del Señor con basílicas dignas de veneración (c. 329).

En un mesón propiedad de sus padres en Daprasano (Nicomedia) nació pobre en el seno de una familia pagana. Allí pudo, en su juventud, contemplar los efectos de las persecuciones mandadas desde Roma: vió a los cristianos que eran tomados presos y metidos en las cárceles de donde salían para ser atormentados cruelmente, quemados vivos o arrojados a las fieras. Nunca lo entendió; ella conocía a algunos de ellos y alguna de las cristianas muertas fueron de sus amigas ¿qué mal hacían para merecer la muerte? A su entender, sólo podía asegurar que eran personas excelentes.

San Ambrosio, que vivió en época inmediatamente posterior, la describe como una mujer privilegiada en dones naturales y en nobleza de corazón. Y así debía ser cuando se enamoró de ella Constancio, el que lleva el sobrenombre de Cloro por el color pálido de su tez, general valeroso y prefecto del pretorio durante Maximiano. Tenía Elena 23 años al contraer matrimonio. En Naïsus (Dardania) les nació, el 27 de febrero del 274, el hijo que llegaría a ser César de Maximiano como Galerio lo fue de Diocleciano.

Pero no todo fueron alegrías. Elena fue repudiada por motivos políticos en el 292 para poder casarse Constancio con la hijastra de Maximiano y llegar a establecer así el parentesco imprescindible entre los miembros de la tetrarquía. Le costó mucho saberse pospuesta al deseo de poder de su marido, pero esto lo aceptó mejor que el hecho de verse separada de su hijo Constantino que pasó a educarse en el palacio junto a su padre y donde se reveló como un fantástico organizador y estratega.

Muerto Constancio Cloro en el 306, Constantino decide llevarse a su madre a vivir con él a la corte de Tréveris. En esta época aún no hay certeza histórica de que su madre fuera cristiana. Sí, cuando -por testimonio de Eusebio de Cesarea- aparezca sobre el sol el signo de la cruz con motivo de la batalla de Saxa Rubra y la leyenda "con este signo vencerás" que dio el triunfo a Constantino y lo hizo único Emperador de Roma, en el 312.

Aunque el emperador retrasará su bautismo hasta la misma muerte, es complaciente con la condición de cristiana que tiene su madre que daba sonados ejemplos de humildad y caridad. Incluso parece descubrirse la influencia materna tras el Edicto de Milán que prohibía la persecución de los cristianos y los edictos posteriores que terminan vetando el culto a los dioses lares. Agasaja a su madre haciéndola Augusta, acuña monedas con su efigie y le facilita levantar iglesias.

En el 326 Elena está con su hijo en Bizancio, a orillas del Bósforo. Aunque se aproxima ya a los setenta años alienta en su espíritu un deseo altamente repensado y nunca confesado, pero que cada día crece y toma fuerza en su alma; anhela ver, tocar, palpar y venerar el sagrado leño donde Cristo entregó su vida por todos los hombres. Organiza un viaje a los Santos Lugares en cuyo relato se mezclan todos los elementos imaginables pertenecientes al mundo de la fábula por tratarse del desplazamiento de la primera dama del Imperio a los humildes a lejanos lugares donde nació, vivió, sufrió y resucitó el Redentor. Pero aparte de todo lo que de fantástico pueda haber en los relatos, fuentes suficientemente atendibles como Crisóstomo, Ambrosio, Paulino de Nola y Sulpicio Severo refieren que se dedicó a una afanosa búsqueda de la Santa Cruz con resultados negativos entre los cristianos que no saben dar respuesta satisfactoria a sus pesquisas. Sintiéndose frustrada, pasa a indagar entre los judíos hasta encontrar a un tal Judas que le revela el secreto rigurosamente guardado entre una facción de ellos que, para privar a los cristianos de su símbolo, decidieron arrojar a un pozo las tres cruces del Calvario y lo cegaron luego con tierra.

Las excavaciones resultaron con éxito. Aparecieron las tres cruces con gran júbilo de Elena. Sacadas a la luz, sólo resta ahora la grave dificultad de llegar a determinar aquella en la que estuvo clavado Jesús. Relatan que el obispo Demetrio tuvo la idea de organizar una procesión solemne, con toda la veneración que el asunto requería, rezando plegarias y cantando salmodias, para poner sobre las cruces descubiertas el cuerpo de una cristiana moribunda por si Dios quisiera mostrar la Vera Cruz. El milagro se produjo al ser colocada en sus parihuelas sobre la tercera de las cruces la pobre enferma que recuperó milagrosamente la salud.

Tres partes mandó hacer Elena de la Cruz. Una se trasladó a Constantinopla, otra quedó en Jerusalén y la tercera llegó a Roma donde se conserva y venera en la iglesia de la Santa Cruz de Jerusalén.

No han faltado autores que atribuyan a la fábula el hecho de la invención por Elena basándose principalmente en que no hay noticia expresa de tamaño acontecimiento hasta un siglo después. Ciertamente es así, pero lo resuelven otros estudiosos afirmando que la fuente histórica que relata los acontecimientos es el historiador contemporáneo Eusebio de Cesarea al que en su Vita Constantini sólo le interesan los acontecimientos realizados por Constantino, bien porque sigue los cánones de la historia contemporánea, o quizá porque sólo le interesa adular a su anfitrión.

Murió Elena sin que sepamos el sitio ni la fecha. Su hijo Constantino dispuso trasladar sus restos con gran solemnidad a la Ciudad Eterna y parte de ellos se conservan en la iglesia Ara Coeli, dedicada a Santa Elena, la mujer que dejó testimonio tangible y visible en unos maderos del paso salvador por la tierra de Jesús, el Hijo de Dios encarnado.

SANTA ELENA DE LA CRUZ MARAVILLOSA REYNA DE CONSTANTINOPLA TU QUE FUISTE AL MONTE DE LOS OLIVOS POR LOS TRES CLAVOS DE NUESTRO SEÑOR JESUCRISTO, UNO SE LO DISTE AL GRAN CONSTANTINO EMPERADOR PARA QUE GOBERNARA CONSTANTINOPLA, EL OTRO LO TIRASTE AL MAR PARA SALVACION DE LOS NAVEGANTES Y EL QUE TIENES EN TUS MANOS TE PIDO QUE ME LO PRESTES PARA METERSELO EN EL FONDO DEL CORAZON A (SE DICE EL NOMBRE DE LA PERSONA AMADA), QUE NO TENGA PAZ NI TRANQUILIDAD NI PARADO, NI SENTADO, NI ACOSTADO, NI CON MUJER GOZANDO, HASTA QUE SIENTA AMOR Y DESESPERACION POR (SE DICE EL NOMBRE DE LA PERSONA QUE SOLICITA LA PETICION) SI ME CONCEDES ESTE MILAGRO PROMETO SER TU FIEL SEGUIDORA HASTA EL FIN DE MI VIDA.
AMEN.

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