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26 ago 2012
SAN RAMON NONATO ( 31 DE AGOSTO )
Se carece de documentación fidedigna sobre los detalles de la vida San Ramón. He aquí lo que hemos podido recoger de la narración de Alban Butler y otras fuentes.
San Ramón nació de familia noble en Portell, cerca de Barcelona, España en el año 1200. Recibió el sobrenombre de non natus (no nacido), porque su madre murió en el parto antes de que el niño viese la luz. Con el permiso de su padre, el santo ingresó en la orden de los Mercedarios, que acababa de fundarse. San Pedro Nolasco, el fundador, recibió la profesión de Ramón en Barcelona.
Progresó tan rápidamente en virtud que, dos o tres años después de profesar, sucedió a San Pedro Nolasco en el cargo de "redentor o rescatador de cautivos". Enviado al norte de Africa con una suma considerable de dinero, Ramón rescató en Argel a numerosos esclavos. Cuando se le acabó el dinero, se ofreció como rehén por la libertad de ciertos prisioneros cuya situación era desesperada y cuya fe se hallaba en grave peligro. Pero el sacrificio de San Ramón no hizo más que exasperar a los infieles, quienes le trataron con terrible crueldad. Sin embargo, el magistrado principal, temiendo que si el santo moría no se pudiese obtener la suma estipulada por la libertad de los prisioneros a los que representaba, dio orden de que se le tratase más humanamente. Con ello, el santo pudo salir a la calle, lo que aprovechó para confortar y alentar a los cristianos y hasta llegó a convertir y bautizar a algunos mahometanos. Al saberlo, el gobernador le condenó a morir empalado, pero quienes estaban interesados en cobrar la suma del rescate consiguieron que se le conmutase la pena de muerte por la de flagelación. San Ramón no perdió por ello el valor, sino que prosiguió la tarea de auxiliar a cuantos se hallaban en peligro, sin dejar escapar la menor ocasión de ayudarlos.
San Ramón encaró dos grandes dificultades. No tenía ya un solo centavo para rescatar cautivos y predicar el cristianismo a los musulmanes equivalía a la pena de muerte. Pero nada lo detuvo ante el llamado del Señor. Conciente del martirio inminente, volvió a instruir y exhortar tanto a los cristianos como a los infieles. El gobernador, enfurecido ante tal audacia, ordenó que se azotase al santo en todas las esquinas de la ciudad y que se le perforasen los labios con un hierro candente. Mandó ponerle en la boca un candado, cuya llave guardaba él mismo y sólo la daba al carcelero a la hora de las comidas. En esa angustiosa situación pasó San Ramón ocho meses, hasta que San Pedro Nolasco pudo finalmente enviar algunos miembros de su orden a rescatarle. San Ramón hubiese querido quedarse para asistir a los esclavos en Africa, sin embargo, obedeció la orden de su superior y pidió a Dios que aceptase sus lágrimas, ya que no le había considerado digno de derramar su sangre por las almas de sus prójimos.
A su vuelta a España, en 1239, fue nombrado cardenal por Gregorio IX, pero permaneció tan indiferente a ese honor que no había buscado, que no cambió ni sus vestidos, ni su pobre celda del convento de Barcelona, ni su manera de vivir. El Papa le llamó más tarde a Roma. San Ramón obedeció, pero emprendió el viaje como el religioso más humilde. Dios dispuso que sólo llegase hasta Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, donde le sorprendió una violenta fiebre que le llevó a la tumba. El santo tenía aproximadamente treinta y seis años cuando murió el 31 de agosto de 1240. Cardona pronto se transformó en meta de peregrinaciones. Fue sepultado en la capilla de San Nicolas de Portell.
El Papa Alejandro VII lo incluyó en el Martirologio Romano en 1657.
San Ramón Nonato es el patrono de las parturientas y las parteras debido a las circunstancias de su nacimiento.
La comisión nombrada por el Papa Benedicto XIV propuso suprimir del calendario general la fiesta de San Ramón por la dificultad de encontrar documentos fidedignos sobre su vida.
ORACIÓN PARA PEDIR SU PROTECCIÓN
¡Oh! Glorioso San Ramón, a cuyo poder sometió Dios la tierra y los elementos, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, hallando en vuestra poderosa intercesión, abogado las doncellas, sucesión las casadas, defensa los que se ven calumniados, cosecha los labradores, puerto los náufragos, redención los cautivos, vista los ciegos y fin todos los males; por aquel vuestro ardiente deseo de recibir el Santísimo Sacramento, que obligó a Jesucristo a daros de sus benditas manos la sagrada Comunión, os suplico intercedáis por mí para que merezca frecuentar este celestial convite, y recibirle por Viático al fin de mi vida, y sobre todo que pueda obtener la gracia especial que os pido y la eterna felicidad de la gloria. Amén.
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ORACIÓN PARA UN FELIZ PARTO
Oh excelso patrono, San Ramón, modelo de caridad para con los pobres y necesitados, aquí me tenéis postrado humildemente ante vuestros pies para implorar vuestro auxilio en mis necesidades. Así como era vuestra mayor dicha ayudar a los pobres y necesitados en la tierra, socorredme, os suplico, oh glorioso San Ramón, en esta mi aflicción. A vos, oh glorioso protector acudo para que bendigáis al hijo que llevo en mi seno. Protegedme a mí y al hijo de mis entrañas ahora y durante el parto que se aproxima. Os prometo educarlo según las leyes y mandamientos de Dios. Escuchad mis oraciones, amante protector mío, San Ramón, y hacedme madre feliz de este hijo que espero dar a luz por medio de vuestra poderosa intercesión. Así sea.
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NOVENARIO ESPECIAL DE EMBARAZADAS
Se hace una vez al mes, empezando desde el mes en que conocen que están embarazadas. El último mes harán el novenario de nueve días.
Oh San Ramón Nonato prodigioso. A Vos vengo movida de la grande benignidad con que tratáis a vuestros devotos. Aceptad, Santo mío, estas oraciones que de muy buena gana te ofrezco, en memoria de tus oraciones tan meritorias, que alcanzaron de Dios el que os haya constituido especial patrón de las embarazadas. Aquí está, Santo mío, una de ellas que se pone humilde debajo de vuestra protección y amparo, suplicándoos que así como se conservó siempre invicta vuestra paciencia en todos aquellos ocho meses en que fuiste tan singularmente martirizado con el candado y otras penas que pasasteis dentro de la tenebrosa mazmorra y en el mes noveno salisteis libre de todas aquellas prisiones, así Santo y abogado mío, os pido humildemente me alcancéis de mi Dios y Señor el que la criatura que está encerrada en mis entrañas se conserve en vida y salud por espacio de los ocho meses, en el noveno salga libre a la luz de este mundo, haciendo Vos, Santo mío, que así como el día que salió vuestra alma de vuestro cuerpo fue un día Domingo, que es día de gozo y regocijo, así el día de mi parto sea de todo contento y gozo, con todas aquellas circunstancias que Vos sabéis que más convienen a mayor gloria de Dios y vuestra y salvación de mi alma y la de mi hijo. Amén.
Un buen ejemplo para las madres de hoy que tratan de limitar la descendencia y algunas, lo que es peor, traman quitar la vida a los indefensos no nacidos.
En la provincia de Lérida (España), en una casita de campo, cerca del pueblo del Portell, y descendientes de las nobles familias de los Fox y Cárdenas, vino al mundo este niño de modo milagroso ya que fue extraído del vientre de su madre cuando ella ya estaba muerta, de aquí el sobrenombre con que es conocido, No-Nato, no nacido.
Los planes de Dios no son nuestros planes. Tampoco los planes de los padres, a veces, son los mejores para sus hijos. En muchas ocasiones, ellos buscan su propio egoísmo en lugar del bien de sus hijos. El padre de Ramón le envío a Barcelona para que hiciera amistad con gente rica, hiciera carrera, y el día de mañana fuera su orgullo y su sostén.
Al poco tiempo de llegar a Barcelona, Ramón se entregó a una vida de profundo estudio pero no menos se dedicó a la vida de piedad. Para ello, en lugar de hacer amistad con ricos, se preocupaba de los libros y de los necesitados. Al enterarse, su padre le mandó volver a Portell y allí le encargó el cuidado de unas ovejillas. Hizo amistad con otros pastores, pero como el demonio no duerme, pronto algún envidiosillo le acusó al amo de las ovejas de que abandonaba el ganado. El amo le creyó y cierto día le siguió de lejos para ver si era verdad. Y ciertamente así era: El jovencillo Ramón se retiraba a un lugar solitario, y, puesto de rodillas, se entregaba a la oración. Pero la maravilla del amo subió de emoción al ver que un joven bien apuesto, con alas de ángel, cuidaba de su rebaño y alimentaba en los mejores pastos a sus ovejas. De hecho eran las que más lana y leche producían. La envidia se trocó en admiración y respeto.
Por este tiempo es cuando se puso al servicio total de la Virgen María y bajo su amparo. Un día, mientras cuidaba de sus ovejillas, le habló así: "Madre mía, tú sabes que yo no he tenido la dicha de conocer a mi madre en la tierra, pero te conozco a Ti y te amo ¿no querrás suplir a mi madre de la tierra?" - Y la Virgen María le contestó: "Sí, sí, hijo mío, acepto con gusto ser tu madre..."
Hasta los oídos de Ramón llegaron los prodigios que obraba en Barcelona un joven llamado Pedro Nolasco (posteriormente Santo) que trataba de fundar una Orden para redención de los pobres cautivos, que, caídos en manos de los sarracenos, eran llevados a las mazmorras de África. Marchó a Barcelona y se encontró con él y se puso a su servicio y bajo su dirección espiritual.
En Barcelona se entregó a hacer obras de caridad por las calles y en los domicilios particulares. Sobre todo, dejó huellas de su gran caridad para con toda clase de enfermos en el Hospital de Santa Eulalia. Una antigua biografía nos lo pinta así: "Era de caridad incandescente, que amaba las letras y aprovechaba mucho en ellas. De pueblo en pueblo iba llevando la Buena Nueva del Evangelio; todos los caballeros y nobles le respetaban; todos los pobres le amaban y todos seguían sus huellas...
Por fin iba a llegar al heroísmo su caridad: Se entregó a cambio de un cautivo y estuvo en las cárceles de Argel. Grandes sufrimientos padeció allí por amor a Jesucristo y a sus hermanos los hombres. Era por el 1237. Predicaba tanto y con tanto enardecimiento de Cristo que, para evitarlo, los moros le pusieron un candado en su boca. Como premio, el Papa le hizo cardenal de la Iglesia pero no se enorgulleció por ello. Enamorado de Jesús Eucaristía y de María, partía a la eternidad por el año 1240.
Texto de "El Santo de cada día", por Justo y Rafael Mª López-Melús
NOVENA A SAN RAMÓN NONATO
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos líbranos Señor, Dios nuestro.
Acto de contrición:
¡Señor mío, Jesucristo!
Dios y Hombre verdadero,
Creador, Padre y Redentor mío; por ser Vos quien sois, Bondad infinita,
y porque os amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón de haberos ofendido;
también me pesa porque podeís castigarme con las penas del infierno.
Ayudado de vuestra divina gracia
propongo firmemente nunca más pecar,
confesarme y cumplir la penitencia que me fuere impuesta. Amén.
Dios, Padre de bondad, que me has dado el inmenso beneficio de engendrar un hijo, gracias por habernos hecho partícipes de tu paternidad, dando la existencia a un nuevo ser. Ante la espera de su alumbramiento vengo a pedir tu protección, por intermedio de mi abogado San Ramón Nonato, para que este fruto de mis entrañas llegue a feliz término. Así lo espero por los méritos infinitos de nuestro Señor Jesucristo tu Hijo y los de su Santísima Madre María. Amén.
Oración a San Ramón
A ti acudo glorioso San Ramón en estos días que preceden a mi maternidad, para implorar de tu mediación la gracia de un parto feliz que, colmando mis deseos, premie mis esperanzas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
V. Glorioso San Ramón Nonato R. Ruega por nosotros.
Preces a la Virgen Madre
Señor, ten piedad (bis)
Cristo, ten piedad (bis)
Señor, ten piedad (bis)
Dios, Padre celestial, Ten misericordia de nosotros.
Dios, Hijo Redentor, Ten misericordia de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, Ten misericordia de nosotros.
V. Santa María,
R. Ruega por nosotros.
V. Santa Madre de Dios,
R. Ruega por nosotros.
V. Hija del Eterno Padre,
R. Ruega por nosotros.
V. Esposa del Espíritu Santo,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre de Jesucristo,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre del Redentor,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre del Salvador,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre de la Iglesia,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre de todos los hombres,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre nuestra,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre de Mercedes,
R. Ruega por nosotros.
V. Madre de nuestra esperanza,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu Concepción inmaculada,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu felicísimo nacimiento,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu maternidad divina,
R. Ruega por nosotros.
V. Por el nacimiento de tu Hijo,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu maternidad universal,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu amor a Jesús, tu Hijo,
R. Ruega por nosotros.
V. Por tu amor maternal hacia nosotros,
R. Ruega por nosotros.
Jesús, Hijo del Eterno Padre, perdónanos. Señor. Jesús, Hijo de María Virgen, escúchanos, Señor. Jesús, hermano nuestro, ten misericordia de nosotros.
V. Ruega por nosotros Santa Madre de Dios.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oración. Dios Padre nuestro que escogiste a la Virgen María para ser la Madre de tu Hijo Jesucristo y preparaste en ella una digna morada para que tomara nuestra carne, acoge benignamente las súplicas que te dirigimos, para que, por su intercesión, atiendas favorablemente nuestra plegaria. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor, Amén.
(Tres Padre nuestros, Ave Marías y Glorias)
Oración final:
Oh Dios, que manifestaste de modo admirable tu amor a tu siervo Ramón Nonato trayéndole a la vida de modo maravilloso y lo pusiste como protector de las que vamos a ser madres, por sus méritos e intercesiones te suplico que la nueva vida que has hecho germinar en mí venga felizmente a aumentar el número de tus hijos. Por Jesucristo nuestro Señor, Amén.
V. Piadosísima Madre de la Merced.
R. Ruega por Nosotros.
V. San Ramón Nonato.
R. Ruega por nosotros.
V. Ave María Purísima.
R. Sin pecado concebida.
ACCIÓN DE GRACIAS DESPUÉS DEL NACIMIENTO DE UN/A HIJO/A.
Acción de gracias después del nacimiento del hijo.
Hoy, Señor, vengo ante tu altar con el alma henchida de alegría y agradecimiento para darte gracias por todos los beneficios que he recibido de tu bondad y especialmente porque ha terminado felizmente nuestra espera, con el nacimiento de este hijo que nos has dado y que más que nuestro es tuyo. Por eso venimos a ofrecértelo. Tuyo es, como todos somos tuyos y, tuyos queremos seguir siendo siempre. Nos comprometemos a presentárselo a la Iglesia para que, al ser bautizado, quede consagrado a Ti. Nos comprometemos a educarle en la fe cristiana con nuestro ejemplo y con nuestro consejo. Que la ayuda maternal de María sea guía en esta misión.
Queremos darte las gracias por mediación de San Ramón Nonato, protector nuestro. Que su intercesión nos ayude también a dar a nuestro hijo una santa educación. Te lo pedimos por tu amado Hijo Jesucristo nuestro Señor que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo por los siglos de los siglos. Amén.
(Tres Padre Nuestros)
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